Una invitación urgente a participar de una reunión de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, para tratar el rechazo y derogación de los DNU 345 y 346/2025, impulsada por Unión por la Patria, la radical Natalia Sarapura y el socialismo santafesino, nos convocó al Congreso en el primer día de una ola polar inesperada.
Y allí estuvimos para acompañar, apoyar y escuchar a los compañerxs afectados por estos decretos innecesarios, publicados en el Boletín Oficial el pasado 21 de mayo. Decretos que afectan directamente -y con argumentos falaces- al Instituto Nacional del Teatro (INT), la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares (CONABIP), la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos (CNM), Tecnópolis y el Palacio Libertad (ex Kirchner) y también a los Institutos Belgraniano, Browniano, Sanmartiniano, el Instituto Juan Domingo Perón y el espacio “Un café con Perón”.
Todos estos organismos dejan de tener rango institucional propio para convertirse en meras unidades organizativas dentro de la Secretaría de Cultura. Esto implica la pérdida de autonomía, financiamiento, personal y, principalmente, su fuerte espíritu federal.
La voz de los trabajadorxs y organismos afectados
Luciano Linardi, director del Departamento de Cultura de ATE Nacional, fue el primer expositor. Inició su intervención con un aplauso en homenaje a la actriz Alejandra Darín, fallecida el pasado 15 de enero, quien había participado en esa misma sala al inicio de este gobierno, lamentando “tener que explicar siempre lo mismo”. Linardi remarcó, en relación a la Cámara de Diputados: “No sé qué va a pasar con estos proyectos, si sé que estamos acá por la responsabilidad de los 138 legisladores que le dieron las facultades delegadas”.
A su intervención le siguieron más de veinte exposiciones de referentes de agrupaciones teatrales, bibliotecas y organismos culturales de diferentes puntos del país: Entre Ríos, Chaco, La Rioja, Córdoba, Misiones, entre otras provincias. Con pasión y compromiso, describieron el daño concreto que estos decretos buscan imponer, desmontando con datos las mentiras oficiales: reducción de plantas de personal, rendiciones al día, presupuesto ajustado. Cada quien dio testimonio de la importancia del Estado presente para posibilitar el acceso a la cultura a todxs más allá de la General Paz. El disuelto Instituto Nacional Belgraniano en la voz de su ex presidente Manuel Belgrano, descendiente del prócer, fue categórico al señalar la gravedad del cierre.
Cada caso refleja el daño y la saña con que se lleva a cabo este culturicidio.



Los rostros del desmantelamiento
En el caso del Instituto Perón y la Conabip, se habló de la realidad de sus empleadxs de dichos organismos. El desconcierto frente al despido, sin argumentos ni causas justas, pero también el dolor por la pérdida de un lugar de pertenencia: lugares donde día a día se construye cultura, historia y comunidad.
Nicolás Rodríguez Saá, secretario de Cultura de la CTAA Capital, trajo en su voz, la de tantxs despedidxs. Más tarde Leonardo Duva e Ignacio Camullán -del Instituto Perón- conmovieron a la audiencia. No sólo denunciaron la pérdida de sus empleos, sino también el desmantelamiento y el saqueo del patrimonio institucional. Del mismo modo el compañero Guillermo “Willie” Agüero, trabajador de CONABIP, hizo un recorrido por la historia de la institución y de su trabajo federal. En el cierre de su relato, con la voz quebrada, alzó la voz para declarar con fuerza la defensa de CONABIP, al tiempo que un repiqueteo de manos sobre los escritorios y un encendido aplauso colmaba la sala, dejándonos al público con un nudo en la garganta.
Cada exposición despertaba la solidaridad en la lucha común y la empatía no solo entre lxs expositores y la audiencia, sino también por parte de los diputados y diputadas presentes. Un clima propio de las organizaciones de cultura, donde el trabajo comunitario es central: un espacio de iguales, que avanza colectivamente, rompiendo círculos de exclusión y dolor.
Lxs diputadxs presentes expusieron al final de la reunión su voluntad de rechazar los DNU 345/346. Anunciaron que ya existen tres proyectos en marcha y la posibilidad de rechazar en las cámaras la aprobación de los decretos. También informaron que fue presentado un amparo judicial, fundamentado en el DNU 50, que expresa claramente en su articulado que no es posible eliminar organizaciones culturales. Este decreto incluye una extensa lista de instituciones protegidas. En base a ese DNU -que, según declararon, ellxs no votaron- ahora pueden defenderlas.
El Instituto Nacional Juan Domingo Perón fue eliminado de la lista de excepciones en noviembre, anticipándose a este escenario. Sin embargo, sigue protegido, ya que el DNU es anterior y data del mes de junio.
Provocaciones sin argumentos
Un párrafo aparte fueron los invitados por el oficialismo: el periodista Marcelo Duclos y el cineasta Maximiliano Gerscovich. Se presentaron como trabajadores autónomos, sin representación sectorial de ninguna rama artística ni vínculo con las instituciones afectadas. Lejos de aportar fundamentos, sus intervenciones provocaron al resto de invitadxs. En particular, Gerscovich generó respuestas inmediatas: la diputada Lorena Pokoik y parte del público señalaron la falta de argumentación que ratificó en una paupérrima intervención la diputada libertaria Alida Ferreyra.
Una lucha que continúa
Desde SiTBA nos hicimos presentes una vez más para sostener una premisa básica: sin políticas culturales públicas, federales y sostenidas, no hay acceso igualitario a la cultura, ni democracia que resista. Romper las instituciones intermedias que otorgan sentido de trascendencia y lógica colectiva es el camino más directo a la desintegración de la sociedad argentina.
Podés mirar las intervención acá: