Una batalla más en la continuidad del genocidio cultural
Visto y considerando que la ESI (Educación Sexual Integral) es un derecho humano de niñas, niños, niñes, las, los y les adolescentes, -además de una política pública vigente- que garantiza el acceso a la información sobre su sexualidad, cuerpos e identidades, fomentando la no discriminación, y que está siendo amenazado por el gobierno nacional, algunos de los cuales actúan incluso penalmente, el Colectivo Basta Biblioclastía, el Sindicato de Trabajadorxs Bibliotecarixs de Argentina (SiTBA) y quienes adhieren al presente documento expresan que:
- Esto vulnera el principio de progresividad de los derechos adquiridos por la comunidad educativa y va contra nuestra Constitución, las leyes conquistadas y los tratados internacionales a los que hemos suscripto en defensa del acceso a la información y el conocimiento, así como los derechos y protección de niñas, niños, niñes las y los adolescentes en sus casas y en los espacios escolares comunitarios.
- Los discursos oficialistas de odio borran, mediante generalizaciones, las especificidades de niños y niñas, los y las adolescentes y disidencias, como parte de una batalla cultural que también invisibiliza la vulnerabilidad de niñes y jóvenes frente a la violencia doméstica, la falta de recursos en un contexto de vaciamiento de instituciones educativas, donde con trabajo amoroso y mal pago, hostigado, docentes y bibliotecarias/os escolares no dejan de ofrecer herramientas a través de la ESI para enfrentar situaciones de vulnerabilidad, muchas veces intrafamiliar.
- Se hace un recorte y difusión malintencionado de párrafos de textos literarios fuera de contexto, borrando el criterio y experiencia de las y los docentes que protegen a sus alumnos, atentos a la especificidad de cada grupo, de cada alumno a los que acompañan, según las recomendaciones acerca de los niveles de edad que se les indica para cada obra.
- El gobierno señala como peligrosos a los autores y autoras, al sugerir que la lectura se haga en las casas, a puertas cerradas, como actos vergonzosos, fuera de las bibliotecas, fuera de las aulas. Niegan así el hecho que la lectura se enriquece en la reflexión compartida. Paradójicamente estos llamados de atención moral proceden de un gobierno que sistemáticamente aplica improperios y obscenidades, incluso en contextos educativos y buscando una audiencia especialmente juvenil.
- Este hostigamiento busca aturdir y confundir a la comunidad educativa, que ignora nuestra literatura nacional y la curricula, ya que El Matadero que forma parte de las lecturas obligatorias, describe una violación. En su desconocimiento fanatizado utiliza rehenes humanos: niñas, niños, niñes, los y las adolescentes. Se busca destruir recursos de diálogo y reflexión (los libros), de espacios (las bibliotecas y aulas dignas), de personas sostén y contención (las y los docentes, las bibliotecarias y bibliotecarios, psicopedagogas y psicopedagogos), por lo que estamos ante claras políticas de biblioclastia.
- Estas políticas son un escalón más en la continuidad de un genocidio cultural que se extiende desde hace décadas en el país, que propone retrotraernos a una supuesta grandeza moral de un pasado que nos ofreció una aniquilación cultural y física de la que todavía nos estamos recuperando.
- Llamativamente, estos discursos oficiales son emitidos por quienes, sin importar si se trata de un contexto educativo o están ante una audiencia juvenil, no dudan en comunicarse sistemáticamente mediante improperios y obscenidades.
Por todo ello el Colectivo Basta Biblioclastia, SiTBA y los abajo firmantes llaman a informarse, estar alertas y a defender el contexto legal, de normas y tratados adquiridos, y en particular la ESI y todas las herramientas involucradas en su aplicación pedagógica