Bibliotecas en rebeldía: Reflexiones para su Día Internacional

Eran los inicios de los ‘90 cuando se desató la guerra de Bosnia-Herzegovina, que se extendió entre 1992 y 1996. Como en toda guerra, los pueblos fueron los más injustamente castigados, tanto en lo físico y material como en lo cultural. Porque, como dijo Fernando Báez: «Sin destruir libros no se gana la guerra». Este artículo no intenta equiparar el valor de las vidas humanas con el patrimonio cultural, sino enfocar la destrucción de esos bienes que, como humanidad, nos pertenecen, y la vulnerabilidad que sufren en los conflictos bélicos.

Volviendo al origen de este día, en 1992 la artillería serbia incendió y destruyó la Biblioteca de Sarajevo, que se conmemora en esta fecha1.

Su conmemoración nos permite recordar/reflexionar sobre estos hechos que testimonian la destrucción del patrimonio cultural de un pueblo y el ataque al conocimiento en medio de un conflicto bélico. Históricamente los pueblos vencedores sometían a los vencidos, algunos destruyendo su cultura o, en el mejor de los casos, robándola. Pero, de una manera u otra, los privaban de su cultura, sus orígenes y su historia.

Con tantos conflictos vividos, pareciera hueco o, al menos, infructuoso su objetivo. En la actualidad, de igual manera y con la misma indiferencia, se atacan y destruyen bibliotecas, museos y archivos en Gaza2, Ucrania3 y seguramente en muchos otros lugares con menor cobertura en los medios internacionales. Las bibliotecas, como instituciones que preservan la historia, la cultura y el conocimiento, son vulnerables en medio de conflictos prolongados. La pérdida de estas instituciones implica no sólo la destrucción física de libros y documentos, sino también el acceso al saber y la memoria colectiva de las comunidades.

Entonces, ¿qué sentido tiene este Día Internacional de las Bibliotecas? Las efemérides no tienen el poder de frenar las guerras ni siquiera detenerlas. Pero sí nos obligan a recordar hechos puntuales, reflexionar sobre ellos y tomar conciencia. En este caso, nos permiten ratificar la dimensión política de las bibliotecas, en tanto espacios de acceso democrático al conocimiento, la cultura y la identidad de un pueblo o nación. Las bibliotecas son organizaciones que promueven la equidad, al ofrecer recursos y facilitar el acceso a la información sin distinción de origen, ideología, posición socioeconómica o nivel educativo. En medio de los conflictos bélicos, muchas veces son oasis para las comunidades y, en particular, para niñas, niños y adolescentes4.

Amenazas contemporáneas: censura, desfinanciamiento e ignorancia.

¿Entonces sólo afecta a las bibliotecas que están en medio de conflictos bélicos? Claro que no. Su papel en defensa de la libertad de expresión y acceso a la información, y la conservación del pluralismo de ideas que esto implica, nos lleva a revisar la situación actual de las bibliotecas en países donde no necesariamente hay guerras.

Existen otras formas de destrucción, silenciosas, menos estridentes y, a veces, con poco impacto mediático, que también destruyen a las bibliotecas:

  • Censura: de autorxs, temáticas o dirigida a grupos considerados minoritarios. Es conocido el caso de censura en los Estados Unidos con respecto a libros que abordan temáticas raciales o LGBTQ5, aún cuando lo impide la Primera Enmienda de la Constitución de dicho país. Sin embargo, el asunto de restringir y eliminar libros de las bibliotecas públicas sigue siendo un tema polémico.
  • Desfinanciamiento: durante las campañas electorales, palabras como educación y cultura se repiten y se llenan de promesas, pero no suelen cumplirse. Los porcentajes destinados a su sostenimiento suelen ser mínimos, no siempre llegan a tiempo o, como en el caso de nuestro país bajo el gobierno actual, se han reducido (y en algunos casos suprimidos), poniendo en riesgo la continuidad de bibliotecas populares y museos en el ámbito de la cultura. Todxs sabemos que ámbitos reconocidos internacionalmente, como el INCAA, están amenazados con su cierre. Esta reducción del presupuesto público para cultura y educación, además de poner en riesgo a muchas bibliotecas, abre el debate sobre la responsabilidad del Estado para garantizar su sostenibilidad.
  • Ignorancia: La creencia de algunos representantes del gobierno de que, al existir Internet, las bibliotecas han perdido sentido demuestra el desconocimiento de la realidad de los territorios que componen nuestro extenso país, donde las bibliotecas muchas veces suelen ser centros estratégicos para impulsar la alfabetización, el desarrollo comunitario y la inclusión digital. En un contexto cada vez más digitalizado y, al mismo tiempo, en un marco económico empobrecido por los recurrentes ajustes que sólo afectan a los sectores medios y bajos, el acceso gratuito a la tecnología y la formación en habilidades digitales que ofrecen las bibliotecas son vitales para reducir la brecha digital.

En resumen, el Día Internacional de las Bibliotecas invita a reflexionar sobre la responsabilidad política de garantizar el acceso al conocimiento y sobre cómo estas instituciones son fundamentales en la construcción de sociedades más igualitarias e informadas. Y por ende, sobre nuestro compromiso político como profesionales a cargo de las mismas.

Fuentes consultadas:

  1. https://www.lavanguardia.com/politica/20140518/54408044118/hombre-incendio-biblioteca-sarajevo-enric-juliana.html ↩︎
  2. https://linternasybosques.com/2024/05/31/desde-el-rio-hasta-el-mar-bibliotecas-palestinas-y-protestas-juveniles-por-aurea-xayde-esquivel-flores/ ↩︎
  3. https://universoabierto.org/2022/12/05/los-bibliotecarios-guerreros-de-ucrania/ ↩︎
  4. https://www.bbc.com/mundo/noticias-36918781 ↩︎
  5. https://www.latimes.com/espanol/vida-y-estilo/articulo/2024-03-14/las-peticiones-de-censura-en-bibliotecas-de-eeuu-siguieron-subiendo-en-2023-segun-un-reporte ↩︎

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