Militancia bibliotecaria: memoria viva en el Norte Grande

Un Congreso para pensar derechos, territorio y memoria

El 1° Congreso de Derechos Humanos del Norte Grande Argentino, realizado en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), reunió a referentes, investigadorxs, trabajadorxs, organizaciones sociales y comunidades para reflexionar sobre las memorias, resistencias y desafíos que atraviesan a las provincias del NOA y el NEA.

Durante varias jornadas, se abordaron ejes como el derecho a la educación, la violencia institucional, los pueblos originarios, los desafíos ambientales, la defensa de lo colectivo y, especialmente, el rol que cumplen las instituciones culturales y educativas en tiempos donde resurgen discursos negacionistas y políticas de ajuste.

La crónica del evento publicada por Página/12 subrayó el espíritu de esta convocatoria: “un largo abrazo de agua” que busca unir territorios históricamente relegados y trazar redes para defender los derechos humanos desde múltiples frentes creativos, comunitarios y políticos.

En este contexto, el Sindicato de Trabajadorxs Bibliotecarixs de Argentina (SiTBA) participó con la ponencia y el póster “Militancia bibliotecaria: recuperar el pasado para transformar el presente”, presentada por Norma Cancino, Miriam Franco, Silvana Ojeda y Darío Navarro. La propuesta se inscribió en el Eje B del congreso: La participación de la comunidad en la construcción y defensa de los derechos humanos.


Recuperar lo silenciado: bibliotecarixs desaparecidxs y memorias ocultas

La presentación de SiTBA partió de una pregunta incómoda y necesaria: ¿dónde están las memorias de lxs bibliotecarixs detenidxs-desaparecidxs?

A partir de un trabajo de reconstrucción documental, sindical y testimonial, el equipo destacó la profunda invisibilización histórica del compromiso político, social y gremial de lxs trabajadorxs de bibliotecas perseguidxs por el terrorismo de Estado.

“Recuperar nuestras historias es recuperar nuestro derecho a existir colectivamente como trabajadorxs de la memoria.”

La ponencia se centró en reconstruir las trayectorias de bibliotecarixs de distintas regiones del país, especialmente del NEA, que fueron víctimas de la represión. Muchos de ellos militaban en bibliotecas populares, espacios que sufrieron censura, destrucción de colecciones y hostigamiento durante la dictadura.


Bibliotecología y política: una relación negada

Uno de los aportes más sólidos del trabajo fue desarmar una idea que sigue vigente: la ficción de que la bibliotecología debe ser neutral y ajena a todo posicionamiento político.

La formación profesional —expusieron lxs autores— ha reproducido durante décadas un mandato de neutralidad que desconoce el impacto social de las bibliotecas y la dimensión política de los bienes simbólicos que gestionan.

“Creer que la biblioteca es neutra es renunciar a su poder transformador.”

SiTBA recuperó aquí su propio recorrido sindical: desde la conformación en 2022 con base federal y feminista, hasta la defensa activa de las banderas de Memoria, Verdad y Justicia.

Organizarse sindicalmente —sostuvieron— es también romper con la deshistorización de la profesión y afirmar que lxs bibliotecarixs son trabajadorxs con derechos, sujetos políticos y actores fundamentales en la construcción democrática.


Militar desde las bibliotecas del NEA: entre silencios, precariedad y desigualdades

La investigación presentada en el Congreso se centró específicamente en el Nordeste argentino, donde el trabajo de reconstrucción histórica recién comienza y donde persisten enormes vacíos documentales.

No existen registros claros de biblioclastia en la región, pero esta ausencia —señalaron— es en sí misma un signo de silenciamiento institucional. Solo la Biblioteca Juan B. Justo del Partido Socialista reconoció haber preservado sus libros escondiéndolos, repartiéndolos y enterrándolos durante la dictadura.

El equipo también describió el proceso de debilitamiento institucional de la Biblioteca Central de la UNNE, desde su época de esplendor formativo en los años 50 y 60 hasta su desarticulación actual: cierre de centros de información, pérdida de estructura, desfinanciamiento y planteles mínimos.

“Cada recorte, cada silencio, cada ausencia en nuestras bibliotecas también es una forma de violencia simbólica.”

En paralelo, expusieron los desafíos actuales para militar desde la bibliotecología en el NEA:

  • Precarización laboral y contratos inestables.
  • Desvalorización del rol profesional en instituciones clave.
  • Centralismo cultural y académico que margina a las provincias.
  • Censura encubierta mediante discursos de neutralidad.
  • Hostigamientos ante la inclusión de temas como memoria, género o identidad.
  • Falta de redes organizadas en territorios con desigualdades históricas.

Memoria universitaria: del proyecto fundacional al desmantelamiento

Otro tramo fundamental de la ponencia reconstruyó la historia de la UNNE desde su proyecto bibliotecario original: una apuesta decidida por la profesionalización, la organización científica de colecciones y el acceso a la información como pilar universitario.

Ese proyecto visionario —encabezado por Roberto A. Billinghurst y Roberto Couture de Traismont— fue quedando atrás con el paso de las décadas.
La pérdida de recursos, la disolución de estructuras y la reducción del personal transformaron una biblioteca modelo en una institución debilitada, síntoma de una política universitaria que ha relegado las bibliotecas como espacios centrales para el derecho a la educación.

La ponencia lo expresó con claridad: analizar este camino no es un ejercicio nostálgico, sino una forma de comprender por qué la memoria bibliotecaria y universitaria también es memoria de los derechos humanos.


El desafío de militar en red

Hacia el final del trabajo, lxs autores remarcaron que militar desde la bibliotecología —especialmente en territorios como el NEA— no puede ser una tarea individual.

“El mayor desafío es no militar en soledad.”

La militancia bibliotecaria exige articulación con organizaciones comunitarias, sindicatos, universidades, bibliotecas populares, movimientos de derechos humanos y colectivos que trabajan desde y con el territorio.
Solo así la biblioteca puede sostenerse como un espacio vivo, crítico y profundamente democrático.


Un cierre que abre caminos: memoria para transformar

La presentación de SiTBA en el Congreso dejó un mensaje nítido: la memoria bibliotecaria es parte integral de la memoria colectiva del país.
Conocer las historias de lxs bibliotecarixs desaparecidxs, reconstruir sus trayectorias y reivindicar su militancia es un acto de justicia, pero también un acto de futuro.

La biblioteca —dijeron— no es solo un depósito de libros ni un servicio técnico:
es territorio, comunidad, política, identidad.
Es un espacio donde se disputa sentido, donde se resiste al olvido y donde se ejerce ciudadanía.

En tiempos de censura encubierta, discursos de odio y desfinanciamiento cultural, la militancia bibliotecaria se vuelve una forma urgente de defender la democracia.

Y como señaló la ponencia, recuperando una consigna que atravesó todo el Congreso:

“Militar desde las bibliotecas es recuperar el pasado para transformar el presente.”

Deja un comentario