A una década del grito que lo cambió todo

Corría mayo de 2015, y la historia de una adolescente de apenas 14 años,  Chiara Páez, embarazada de su pareja -otro adolescente de 16 años que no quería continuar con el embarazo- nos heló la sangre, cuando se descubrió su cuerpo enterrado en la casa de los familiares de él. El caso sucedió en la localidad de Rufino, provincia de Santa Fe. La crueldad del femicidio y la indignación ante las falencias del Estado y el Poder Judicial hicieron estallar la bronca, primero en Santa Fe y luego en todo el país. Y así fue como, durante todo lo que quedaba del mes, se preparó en cada rincón de Argentina una enorme movilización que resonó en todo el mundo.

El primer punto de partida del Ni una menos (NUM) fue una actividad cultural en la Biblioteca Nacional. Ahí se acuñó la consigna que se viralizó, generando un espacio y proceso asambleario que  permitió mantener el movimiento vivo y con fuerte enunciativa política.

Y así el 3 de junio de 2015 nos encontró en las calles, en una cálida tarde de otoño, con nuestros carteles, nuestras memorias por tantas mujeres abandonadas a su suerte, marcada por una serie de reclamos por políticas públicas al Estado y al Poder Judicial que las había ignorado. Entre ellas: presupuesto para la implementación de la Ley 26.485 de Protección Integral, la publicación de estadísticas oficiales sobre violencia por motivos de géneros -incluidos los femicidios-, garantías para el acceso a la justicia, creación de hogares y refugios de emergencia, capacitaciones obligatorias para agentes de seguridad y personal del Poder Judicial, y aplicación efectiva de la Educación Sexual Integral.

El 3J tuvo un impacto significativo en el involucramiento de mujeres y disidencias de todos los extractos sociales. Madres con hijas, hermanas de distintos orígenes, nos dimos cita aquel día. Aquellos debates que antes se tenían en círculos cerrados o en los Encuentros de Mujeres, salieron a la luz y comenzaron a ser acompañados por intelectuales, actores, deportistas…  Así, se empezó a hablar de feminismo en diversos ámbitos. Al punto de lograr incorporar la figura de “femicidio” -que si bien ya existía legalmente desde 2012- no se aplicaba de manera automática a todos los asesinatos cometidos por varones contra mujeres. La desigualdad de poder -físico, económico, jurídico, político o de cualquier tipo- ubica a la mujer en una situación de vulnerabilidad irreversible. Para esto también sirve la Ley 26.485 que identifica todos los tipos de violencias.

¡Lo que conseguimos, lo que defendemos!

A lo largo de estos diez años, se consiguieron otras leyes, pero siempre con las mujeres en la calle:

2012, Ley de Identidad de Género N° 26.743: reconoce el derecho de las personas a su identidad de género autopercibida, permitiendo modificar nombre, sexo y foto en el DNI y otros documentos oficiales, y acceder a tratamientosde de salud para adecuar su expresión de género.

2018, Ley Brisa N° 27.452: establece un régimen de reparación económica para niñxs y adolescentes que han sido víctimas de violencia familiar o de género, en particular quienes han perdido a su madre a causa de un femicidio.

2019, Ley Micaela N° 27.499: establece la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública, en todos los niveles y jerarquías del Estado. especialmente, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Esta ley lleva el nombre de Micaela García, víctima de femicidio.

2020, Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo N° 27.610: garantiza el acceso a la interrupción de un embarazo hasta la semana 14 con el solo requisito del consentimiento informado. Más de una década se luchó para esta ley, que hoy se cuestiona.

2021, Ley de Cupo Laboral Travesti Trans N° 27.636: también conocida como “Diana Sacayán – Lohana Berkins”, garantiza un cupo mínimo del 1% en la administración pública nacional para personas travestis, transexuales y transgénero, promoviendo su acceso al empleo formal en condiciones de igualdad.

Un 3J que enfrenta a la derecha

Asistimos a un momento de época donde el ascenso de la derecha avanza a nivel mundial, promoviendo políticas de odio al feminismo y a todo lo que les suene a ‘wokismo’. Pero si bien este gobierno lo hace a cara descubierta, en los anteriores había que conquistar los derechos en las calles. Basta con ver la lista de femicidios ocurridos en Argentina luego de la histórica movilización del #NiUnaMenos. Este trabajo fue dado a conocer por el Observatorio de las Violencias de Género “Ahora Que Sí Nos Ven”, construido a partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país.

Algunos datos destacados entre el 3 de junio de 2015 y el 25 de mayo de 2025 son:

  • 2827 femicidios (2543 directos y 284 vinculados)
  • 1 femicidio cada 31 horas
  • ⁠En el 85 % de los casos, el femicida pertenecía al círculo íntimo o era conocido de la víctima
  • El 64 % de los femicidios tuvieron lugar en la vivienda de la víctima
  • El 17% (2 de cada 10) de las víctimas habían realizado al menos una denuncia y el 10% (1 de cada 10) contaban con una medida de protección judicial
  • Al menos 2507 niñxs quedaron huérfanxs
  • ⁠El 23% de las jóvenes asesinadas habían sido desaparecidas previamente, y el 21% sufrió ataques contra su integridad sexual.

En lo que va del 2025 hubo 108 femicidios en Argentina. 

El gobierno mileísta, lejos de erradicar la violencia de género, estigmatiza la agenda de género y ajusta a los sectores más vulnerables, entre ellos mujeres y personas LGBT. En nombre del ajuste, se desmantelan políticas públicas, se reprime y se busca no solo limitar toda posibilidad de participación de las mujeres, sino también retroceder a tiempos sin agenda ni derechos.  

En un año y medio, el gobierno de La Libertad Avanza eliminó el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, junto a dependencias y políticas públicas de protección, como el INADI. El propio ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona -cuya esposa falleció en circunstancias poco claras y que defiende violadores- presumió haber eliminado 13 programas de género, alegando que tenían “nula ejecución”.

Mientras tanto, no se habla de cómo dar respuesta a los feminicidios que siguen ocurriendo cada 31 horas. 

El ajuste también impacta directamente en sectores como lxs jubiladxs, quienes en su mayoría son mujeres. Muchas de ellas votaron a Milei, pero hoy sus jubilaciones mínimas -ya de por sí empobrecidas- quedaron muy por debajo de los $400.000 tras la devaluación y los congelamientos de este gobierno. Muchas otras defienden sus derechos en las calles y en el voto.

Unificar luchas y reclamos: «La historia no se mira: se empuja”

Frente a este escenario, la marcha que históricamente se realizaba el 3 de junio se traslada, en esta oportunidad, al miércoles 4 de junio a las 16 horas, para unirse a la movilización de lxs jubilados, con réplicas en todo el país. ¡Allí nos volveremos a encontrar,  porque necesitamos unir reclamos, para empujar la historia!

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