SiTBA en defensa de las bibliotecas y la CONABIP

Las bibliotecas populares no son un lujo, son un derecho. No son un gasto, son una inversión. Son el corazón cultural de miles de comunidades en todo el país. Son espacios fundados por el pueblo, gestionados por vecinos y vecinas, sostenidos con trabajo voluntario, militancia cultural y compromiso ciudadano. Son autónomas, apartidarias, sin fines de lucro y abiertas a todas las personas, sin distinción de edad, religión o clase social. Son, además, muchas veces el primer contacto que una persona tiene con un libro, con el arte, con la palabra, con la libertad de pensamiento. Y también nuestros lugares de trabajo.

La CONABIP —Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares— no es una oficina burocrática: es la estructura que desde hace más de 150 años permite que estas instituciones vivan, crezcan y se multipliquen. Fue creada por Domingo Faustino Sarmiento con una visión clara: que las bibliotecas populares fueran el soporte indispensable de la educación, la lectura y la formación ciudadana en todo el territorio argentino.

Hoy, esa visión está en peligro. El proyecto de convertir la CONABIP en una simple Dirección dentro del aparato estatal no es una reestructuración administrativa: es un ataque directo a la historia, a la cultura y al pueblo. Significa menos presupuesto, menos libros, menos apoyo, menos derechos, menos presencia federal. Significa la lenta pero certera muerte de cientos de bibliotecas que hoy sostienen el tejido social, cultural y educativo de nuestro país.

No podemos permitirlo. Esta medida va en contra de la Ley 23.351 y del espíritu mismo con el que fue concebida la CONABIP. No se trata de burocracia: se trata de destruir una red de más de 1600 bibliotecas populares que son muchas veces el único espacio cultural en barrios y pueblos postergados, el único refugio donde las infancias pueden acceder a un libro, donde lxs adolescentes pueden estudiar, donde una familia puede encontrar contención psicosocial, donde las personas mayores encuentran pertenencia y comunidad.

Las bibliotecas populares acompañan a la educación en todos los niveles. Brindan apoyo escolar, espacios de estudio, acceso libre a Internet, talleres culturales, actividades de promoción de derechos, inclusión digital, asistencia en trámites, alfabetización, orientación vocacional, salud mental, y mucho más. Somos faros de luz en los barrios, pueblos y ciudades. Y lo hacemos sin mezquindades, sin discriminar, sin imponer creencias ni banderas partidarias.

Que un profesional bibliotecario esté a cargo de cerrar la CONABIP tal como la conocemos es doloroso para el colectivo pero cada jefatura es responsable de las decisiones que firma, acompaña o promueve. Raúl Escándar es responsable. Reducir, desguazar, degradar, desfinanciar: los mismos verbos que escuchamos cada vez que se ataca a la cultura, a la educación y al pensamiento crítico. Lo dijimos con la Biblioteca Nacional, lo decimos con la CONABIP. Pero también sabemos responder: con unidad, con dignidad y con resistencia. Rechazamos de forma tajante la degradación de la CONABIP y denunciamos esta medida como un retroceso inadmisible para el pueblo argentino.

NO A LA DESTRUCCIÓN DE LA CONABIP

NO A LA DEGRADACIÓN DE LAS BIBLIOTECAS POPULARES

SÍ A LA CULTURA, LA EDUCACIÓN Y LOS DERECHOS COMUNITARIOS

Desde SITBA expresamos nuestro total, incondicional y solidario apoyo al movimiento nacional de Bibliotecas Populares. No nos vamos a quedar calladxs. No vamos a permitir este atropello. Porque donde hay una biblioteca popular, hay futuro.

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