En el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, una colega bibliotecaria nos comparte este texto cargado de fuerza y sensibilidad. A través de sus palabras, rinde homenaje a todas las mujeres que han resistido la indiferencia, la humillación y el castigo, pero que, a pesar de todo, siguen luchando, soñando y construyendo un mundo más justo. Un mensaje de reconocimiento, memoria y sororidad para quienes están, para quienes se fueron y para quienes nos fueron arrebatadas.
Mujeres
Seres maravillosos que cargamos en nuestros hombros siglos de indiferencia, humillación y castigo.
Indiferencia, porque hay quienes no entienden nuestros silencios, nuestras lágrimas, nuestras risas, nuestras tristezas, nuestros gritos ahogados, nuestros amores, nuestros sueños, nuestra libertad.
Humillación, porque hay quienes desmerecen nuestras capacidades, nuestra inteligencia, nuestro poder de transformar, nuestra fortaleza.
Castigo, porque hay quienes nos condenan por el solo hecho de ser nosotras mismas, nos maltratan para acallar nuestras voces de protesta, nos matan porque no pueden dominarnos ni doblegarnos. Porque somos fuertes y resistimos.
Mujeres que luchamos y no bajamos los brazos, que soñamos y desplegamos nuestras alas para volar cada día más alto.
A nosotras, esas mujeres que estamos para todos y en todo, a pesar del cansancio.
Por nosotras, un homenaje en este día y en todos los días. Con amor y con orgullo de Ser, aunque a otros les moleste.
A las que estamos, a las que se fueron, a las que les arrebataron la vida: a todas, nuestro respeto y un abrazo fraterno.
María del Carmen González, desde Ezeiza (provincia de Buenos Aires)