Memoria, Verdad y Justicia

Bibliotecarixs en la memoria

Desde SiTBA trabajamos en el ejercicio de la memoria colectiva para recuperar las historias de nuestros compañeros y compañeras. Trabajadorxs con un fuerte compromiso por la militancia gremial y la construcción de un país con oportunidades para todos y todas. Junto a las nuevas generaciones de trabajadorxs bibliotecarixs, debemos construir a futuro. Para ello, conocer nuestra historia resulta vital. Elegimos hacerlo sobre los pilares de MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA, porque forman parte de nuestra identidad como colectivo. Sin memoria no hay identidad posible.

Las bibliotecas son un sistema donde la gestión de los soportes de información requiere no solo de usuarixs, sino también de recursos económicos, materiales y humanos. Como organizaciones insertas en la comunidad, caminan y evolucionan con ella, no pueden ni deben ser ajenas a la realidad histórica que las atraviesa. Son ellas las que resguardan la memoria y la cultura del pueblo, parte constitutiva de su identidad. A su vez, las bibliotecas y quienes las integran están atravesadas por los vaivenes socioeconómicos y políticos de los diferentes momentos de la historia. Su personal, formado en un pensamiento crítico y comunitario, es parte activa de estos procesos en tanto ciudadanxs y trabajadorxs. No podemos pensarnos de manera disociada cuando somos parte de la historia.

Uno de los principales objetivos que tuvo la última dictadura fue suprimir la cultura y la diversidad en todas sus expresiones, eliminando cualquier pensamiento crítico que desafiara al régimen. Por eso, la censura, la quema de libros y las requisas a editoriales, librerías y bibliotecas fueron parte fundamental del plan autoritario, no solo en 1976, sino también antes y después. Buscaron destruir y desmantelar las bibliotecas como espacios de encuentro, debate y organización y silenciar a quienes, desde su profesión, difundían  ideas, compartían conocimiento y construían cultura. Libros y bibliotecarixs debían ser silenciadxs. No fueron originales en su brutalidad: desde los orígenes de la humanidad, con la escritura, las bibliotecas han sido perseguidas, saqueadas y destruidas por los vencedores. Como señala el bibliotecario e investigador venezolano Fernando Báez: “Sin destruir los libros no se termina de ganar la guerra”. Recordar, reconocer y difundir las historias de nuestrxs compañerxs es mantener viva nuestra memoria y fortalecer nuestra identidad colectiva. Formemos un colectivo comprometido con su tiempo y su historia, con su pueblo y su cultura.

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