Escribe: Bibl. Silvana Ojeda (Secretaria de Acción Gremial – SiTBA)
Cada 13 de septiembre conmemoramos el Día del Bibliotecario y la Bibliotecaria en Argentina, una fecha cargada de historia y significado. Esta celebración encuentra sus raíces en la creación de la Biblioteca Pública de Buenos Aires en 1810, fue un acto clave que, bajo la iniciativa de Mariano Moreno, reflejó la importancia de la educación y la cultura en tiempos de guerra. Mientras los jóvenes se veían inmersos en tareas militares tras las Invasiones Inglesas, la Primera Junta de Gobierno decidió enfocar la atención en la preservación y difusión del conocimiento, sentando así las bases de nuestra soberanía cultural.
La Biblioteca Pública fue inaugurada en las calles de Moreno y Perú, contando con figuras destacadas como el Dr. Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez como sus primeros bibliotecarios. En ese entonces, la labor bibliotecaria no solo consistía en la custodia de libros, sino también en la promoción del pensamiento crítico y la educación, pilares fundamentales de cualquier sociedad que aspire a ser libre y soberana. En 1884, varios años después de su creación, la biblioteca pasa a depender del Gobierno Nacional, reconociéndose como Biblioteca Nacional.
Del Congreso de 1942 al asueto del 13 de septiembre
El Congreso de Bibliotecarios, celebrado en Santiago del Estero en 1942, estableció esta fecha como un homenaje a los bibliotecarios de todo el país. En 1954, durante la presidencia de Juan D. Perón, se formalizó a nivel nacional mediante el Decreto Nro. 17.650/54, “como homenaje a los meritorios servidores de las bibliotecas públicas de todo el país” y acuerda el asueto para todo el personal (técnico, administrativo, de servicio y maestranza) de las bibliotecas públicas, dependientes del Gobierno de la Nación. Este reconocimiento no es solo una celebración de nuestra profesión, sino un recordatorio de la importancia de las bibliotecas como guardianas de nuestra historia, identidad y cultura.
Años más tarde, durante la presidencia de Arturo Illia, el Decreto 3.114/64, complementó el anterior determinando la obligatoriedad del asueto y no solo a efectos de participar de los actos que se programaban en conmemoración de su día. Por otro lado, ambas disposiciones normativas invitan a los gobiernos provinciales a adoptar medidas análogas a las dispuestas, un ejemplo de ello es el asueto de la provincia de Buenos Aires.
Lamentablemente, es una Ley Nacional que el propio colectivo desconoce y ante la falta de reclamo, se incumple en muchas instituciones y jurisdicciones, negando el asueto a lxs bibliotecarixs en su día.
Desafíos actuales en Argentina
Hoy, aunque celebramos, no podemos dejar de lado las realidades que atraviesan muchas bibliotecas y profesionales. Las bibliotecas populares luchan por subsistir, resistiendo en un contexto de crisis que afecta la financiación y los recursos para su funcionamiento. Por otro lado, muchos bibliotecarios universitarios trabajan bajo condiciones precarias, como monotributistas, lo que refleja una deuda pendiente en cuanto al reconocimiento y la estabilidad laboral que nuestra profesión merece.
Desde SiTBA, el Sindicato de Trabajadorxs Bibliotecarixs de Argentina, acompañamos a todos los colegas en su lucha por mejores condiciones laborales y por la defensa de nuestras bibliotecas. Creemos firmemente que nuestro rol es esencial para garantizar el acceso equitativo a la información y la educación en todo el país, y continuaremos trabajando para que la ley nacional que protege nuestra profesión sea plenamente respetada y cumplida en todas las provincias.
A pesar de estas dificultades, el compromiso de los bibliotecarios y bibliotecarias sigue firme. Somos custodios de un legado y promotores de un futuro en el que el acceso a la información y la educación sigan siendo un derecho inalienable. Este 13 de septiembre, más que nunca, celebramos nuestra vocación, conscientes de los desafíos, pero con la certeza de que nuestro trabajo sigue siendo esencial para la soberanía cultural de Argentina.
Hoy, más que nunca, debemos festejar y seguir defendiendo nuestras bibliotecas.